viernes, 1 de febrero de 2013


AVISO A NAVEGANTES, LECTORES E INCAUTOS DIVERSOS


Sepan cuantos esto leyeren, que no es ni mucho menos cierto que el bibliothecario de la Seu de Barcelona, don Josep Guardans, hombre amarillento y hasta agrio, sobre todo en sus opiniones, desde siempre relamidas, pero jamás precarias o innecesarias, haya optado por el silencio, esa pieza de la oratoria que jamás conoció ni conocerá. 
Al contrario, sabedor de algunos rumores ---ya ven, señorías: algunos rumores... --- don Josep ha optado por terminar, cerrar y dar al mundo sus memorias, intitulándolas EMINENCIA, en recuerdo, vano, pero no superfluo, de don Antonio, el arzobispo austracista de Barcelona, de tan grande y temida memoria mientras fue personaje, al menos en tanto habitó cuerpo de carne y humanidad, aunque luego, cuando se hizo resuello, phantasma, escisión, suposición o espantajo, entonces, más que temor metía miedo, o asco ---añadiría don Josep, sin dejar pasar la ocasión poara escupirle unas babillas, pocas.  
En fin, ahí queda la advertencia, y valga como amonestación y hasta como amenacilla, tosca, si quieren, pero firme, por si acaso, los que leyeren ---y aquí nadie está libre de no haber metido las manos--- fueren parte de los que difaman, denigran o, al menos, censuran, incautos y hasta estúpidos, o peor, lerdos, y dejémoslo.
Ya les comunicaré, señorías, cuándo y en qué modo EMINENCIA viene a ser libro efectivo, entre tanto, guarden orden, sean formales y pacientes, y no me suden en exceso, que les veo y les juzgo, y luego da grima y sacia, y produce antipatía.

Josep Guardans
Bibliothecario de la Seu de Barcelona
Barcelona, 1716